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Nuestro Historia

Éramos un grupo de amigos un tanto peculiares, cansados de las sex shops tradicionales que parecían sacadas de una típica película porno intimidante de los 70s. Tiendas lúgubres, personal aparentemente salido de La Noche de los Muertos Vivientes y productos tan emocionantes como un manual de instrucciones para armar un mueble.

La chispa surgió en una de esas noches de delirios existenciales y demasiada cafeína. Estábamos ahí, debatiendo sobre los grandes misterios de la vida: ¿por qué el inodoro siempre se avería en los peores momentos? ¿Por qué las medias desaparecen mágicamente en la lavadora? ¿Por qué Hitler invadió Polonia cuando dijo que no lo haría? Y por supuesto, la eterna pregunta: ¿por qué el Sexo tiene que ser un tema tan serio y solemne?

Pero no sólo era el ambiente deprimente, también estábamos hartos de esos lugares donde no se guarda nada de privacidad. Donde en lugar de comprar tranquilo, terminas sintiéndote más avergonzado que un adolescente descubierto por su abuela con la revista PLAYBOY debajo del colchón. Sabíamos que teníamos que ofrecer una solución discreta, donde los clientes se sientan cómodos explorando su placeres culposos.

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