Sobre este Artículo
¿Estás cansad@ de que tu pareja sea tan dócil en la cama que ni el jardinero fisgón se emociona? Hora de poner un poco de emoción con estas esposas de peluche dignas de una celda de máxima seguridad.
Sí, pueden parecer suavecitas y adorables, pero esta pequeña trampa de metal ajustable agarrará a tu presa con la fuerza de un cocodrilo. Con cerraduras reforzadas y llaves incluidas, serás el carcelero supremo que decidirá cuándo liberar a tu prisionero (o prisionera) del delicioso cautiverio. ¿Lista para volverlos tu rehén del placer?
Y lo mejor es que podrás torturarl@s con caricias, lamidas y azotes sin dejar marcas, gracias al peluchón que recubre esos grilletes de acero. Una experiencia tan intensa que tendrán que morderse los labios para no gritar. Sólo recuerda no perder las llaves... a menos que planees recibir una visita de los amables bomberos.